uión: David Lapham.
Dibujo: Patrick Zircher.
Color: June Chung.
Contiene MAX Terror Inc. 1-5 USA
Libro con solapas. 120 páginas. 10.75 €
SInopsis: Conoce a Mr. Terror. Un tipo apuesto, encantador, dueño de su propio negocio de éxito… ¡Ah, por si fuera poco, tiene quince siglos de edad y está pudriéndose de manera literal! Condenado a descomponerse por toda la eternidad, Terror sustituye sus miembros putrefactos por otros nuevos. Una maldición le ha mantenido con vida pero, después de eliminar a uno de los malos, Terror descubrirá lo que es sentir la guadaña de la muerte cerca de él.
Puedes leer la reseña a continuación.
Terror es un personaje con una peculiar trayectoria editorial. Debutó en el sello Epic bajo el nombre de Shreck, con guiones de Dan Chichester para la serie titulada St. George, concretamente en su número 2 (Agosto de 1988), dentro de la saga conocida como Shadowline Saga, que interconectaba cuatro títulos del sello Epic. Pero a los editores de Marvel les gustó mucho el personaje y le pidieron a Chichester el introducirlo en el Universo Marvel, donde el mismo guionista le hizo debutar en Daredevil 305 (Junio de 1992). Los planes eran usarlo para relanzar la línea de terror Marvel, que había gozado de éxito en los 70, con personajes como Morbius o el Hombre Lobo, y de paso darle también serie propia, que sólo duraría trece números, (aunque parece ser que se habían preparado dos más). Su origen es muy similar al narrado en este tomo, pero con alguna pequeña diferencia, como es que el original se enfrentaba a un demonio con forma de oso. Tanto la versión que apareció en el arco La Liga de Perdedores, de Marvel Team-Up, como esta de la línea MAX, son versiones alternativas del personaje.
En la presente historia asistimos al origen de Terror, remontándonos para ello a la época de los romanos y sus luchas contra diversos pueblos bárbaros y la llegada del cristianismo. Se establece que los romanos, ya convertidos a la religión católica, hicieron algún tipo de pacto demoniaco para acabar con los pueblos bárbaros que les asediaban, y el resultado fue un demonio grotesco, de aspecto lovecraftiano, perteneciente a la subespecie denominada “mara”. La Mara masacraba al pueblo bárbaro y el hombre destinado a convertirse en Terror logró darle muerte, al precio de que la maldición de La Mara se apoderase de él: de este modo empezó a podrirse, convirtiéndose en un apestado y expulsado por los suyos, pero sin poder morir, condenado a una vida eterna en un cuerpo cada vez más putrefacto, hasta que descubrió que podía asimilar miembros de otros seres vivos, y sustituir los suyos en el proceso, lo que le confería algo más de movilidad. Para mi, guarda cierta similitud con la historia de Frankenstein, pues no deja de ser un cadáver grandote hecho de partes de otros cadáveres.
Sin embargo nuestro protagonista encontró la paz y amistad a manos del caballero Draghignazzo, y posteriormente, a su muerte, el amor a manos de su dama, Lady Talita. Ésta también acabó muerta en batalla, pero Terror la enterró con amuletos místicos que se supone la sanarían y devolverían a la vida. Antes de enterrarla, en el calor de la batalla, le arrancó un brazo y lo unió a su cuerpo, y para evitar que se le pudriera y perdiera para siempre lo único que le quedaba de su amada, lo encerró en una armadura mística. El monstruo, encontró el amor.
Y desde entonces, hasta hoy. Lo siguiente que sabemos de Terror es que en la actualidad lo ha contratado la Seguridad Nacional para que descubra a un topo infiltrado. Pero todo acaba resultando una trampa, orquestada por alguien que parece conocer muy bien la historia y los poderes de Terror. A partir de aquí asistimos a la destrucción del personaje, reducido a la nada absoluta, y a su posterior recreación, en un capítulo grotesco donde he detectado referencias al Thor de Simonson, a las películas de terror de Stephen King (como Los Ojos del Gato o Cementerio de Animales), y a la saga de terror del psicópata El Padrastro.
A destacar también el papel de la Srta. Primo, la ayudante de Terror, y la relación platónica-necrofílica que mantienen, (y es mucho más platónica que necrófila).
David Lapham plantea un guión cínico, gamberro, bestia, bien construido, y con momentos de humor y de ternura. Y Patrick Zircher realiza un trabajo estupendo, algo alejado de su estilo de superhéroes habitual, pero igualmente reconocible.
En la presente historia asistimos al origen de Terror, remontándonos para ello a la época de los romanos y sus luchas contra diversos pueblos bárbaros y la llegada del cristianismo. Se establece que los romanos, ya convertidos a la religión católica, hicieron algún tipo de pacto demoniaco para acabar con los pueblos bárbaros que les asediaban, y el resultado fue un demonio grotesco, de aspecto lovecraftiano, perteneciente a la subespecie denominada “mara”. La Mara masacraba al pueblo bárbaro y el hombre destinado a convertirse en Terror logró darle muerte, al precio de que la maldición de La Mara se apoderase de él: de este modo empezó a podrirse, convirtiéndose en un apestado y expulsado por los suyos, pero sin poder morir, condenado a una vida eterna en un cuerpo cada vez más putrefacto, hasta que descubrió que podía asimilar miembros de otros seres vivos, y sustituir los suyos en el proceso, lo que le confería algo más de movilidad. Para mi, guarda cierta similitud con la historia de Frankenstein, pues no deja de ser un cadáver grandote hecho de partes de otros cadáveres.
Sin embargo nuestro protagonista encontró la paz y amistad a manos del caballero Draghignazzo, y posteriormente, a su muerte, el amor a manos de su dama, Lady Talita. Ésta también acabó muerta en batalla, pero Terror la enterró con amuletos místicos que se supone la sanarían y devolverían a la vida. Antes de enterrarla, en el calor de la batalla, le arrancó un brazo y lo unió a su cuerpo, y para evitar que se le pudriera y perdiera para siempre lo único que le quedaba de su amada, lo encerró en una armadura mística. El monstruo, encontró el amor.
Y desde entonces, hasta hoy. Lo siguiente que sabemos de Terror es que en la actualidad lo ha contratado la Seguridad Nacional para que descubra a un topo infiltrado. Pero todo acaba resultando una trampa, orquestada por alguien que parece conocer muy bien la historia y los poderes de Terror. A partir de aquí asistimos a la destrucción del personaje, reducido a la nada absoluta, y a su posterior recreación, en un capítulo grotesco donde he detectado referencias al Thor de Simonson, a las películas de terror de Stephen King (como Los Ojos del Gato o Cementerio de Animales), y a la saga de terror del psicópata El Padrastro.
A destacar también el papel de la Srta. Primo, la ayudante de Terror, y la relación platónica-necrofílica que mantienen, (y es mucho más platónica que necrófila).
David Lapham plantea un guión cínico, gamberro, bestia, bien construido, y con momentos de humor y de ternura. Y Patrick Zircher realiza un trabajo estupendo, algo alejado de su estilo de superhéroes habitual, pero igualmente reconocible.
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